Autoridades municipales, empleados públicos y vecinos de Totana guardaron hoy un minuto de silencio a las puertas del Consistorio totanero como señal de repulsa y condena por el último caso de violencia machista en la localidad alicantina de Elda, en el que una joven de 28 años murió tras ser tiroteada por su expareja, cuando se disponía a recoger a su hijo en el colegio.
Éste es el cuadragésimo cuarto caso de violencia de género en España en lo que va de año.
El alcalde, Andrés García, el primer teniente de alcalde, Juan José Cánovas, y numerosos representantes de la Corporación municipal se han concentrado como señal de protesta condenando el crimen.
El primer edil totanero ha condenado el asesinato y ha apelado a la unidad de todos "para trabajar juntos en la erradicación de la violencia machista, habiendo un compromiso de la sociedad para luchar contra esta lacra social".
Además, el regidor ha abogado por que los gobiernos central y regional "refuercen los mecanismo de lucha contra la violencia de género, incidiendo especialmente en la prevención, sensibilización y protección de las víctimas", dando respuesta al acuerdo plenario de octubre para que se hagan efectivas las medidas aprobadas en el Paco de Estado contra la Violencia de Género.
Jessica Bravo ha muerto este jueves tras ser acribillada a tiros el miércoles a la puerta de un colegio público de Elda por su expareja, que luego se suicidó. La escalofriante escena de los disparos a bocajarro fue presenciada por el hijo de ambos, un niño de tres años, que volvió corriendo al centro escolar en busca de ayuda.
El asesino, de 31 años, había cumplido una condena de 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad por lesionar a la víctima el pasado año e iba a ser juzgado de nuevo este jueves por amenazarla.
El hijo de la asesinada queda huérfano y con él son ya 23 los menores en esa situación por crímenes de violencia machista.
El hombre fue detenido hace exactamente una semana, el 2 de noviembre, por esas amenazas. El hombre fue arrestado de nuevo el pasado martes, después de que su expareja denunciara que la había estado llamado por teléfono a través de terceras personas durante el fin de semana. La policía lo detuvo en Elda, pero quedó de nuevo en libertad provisional tras declarar en el juzgado de guardia por un presunto delito de quebrantamiento de medida cautelar, según las fuentes judiciales.
El juzgado de guardia de Elda ha abierto una causa por un delito de asesinato en grado de tentativa que será archivada en breve porque el autor se quitó la vida tras disparar a la víctima.
El maltratador acumulaba ya una sentencia firme dictada en enero de 2016 por un delito de lesiones en el ámbito familiar. En aquella ocasión reconoció los hechos y aceptó una pena de 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad, así como dos años de alejamiento.